La comida es una de las actividades que realizamos todos los días. Indudablemente, cómo nos alimentamos, dónde comemos y con quién comemos es un acto relevante en nuestra actividad diaria y que refleja cómo es nuestro estilo de vida (eso que en inglés se llama ´lifestyle´).
En la era de la digitalización, en la que somos tan dados a compartir y socializar todos nuestros comportamientos diarios, la alimentación ha entrado por la puerta grande en las redes sociales. Asistimos a un crecimiento exponencial de fotos de comida, bebida, bares y restaurantes y cómo y dónde comemos delata nuestro estilo de vida. Además, no paramos de descargarnos aplicaciones que nos permiten monitorizar comportamientos (contar calorías, kilómetros, pulsaciones, etc.).
Las marcas de alimentación y bebidas, y también los establecimientos de la restauración, se están dando cuenta de que tienen que desarrollar este tipo de aplicaciones para ganar la complicidad de sus consumidores.
Están proliferando aplicaciones móviles que vinculan la alimentación con el estilo de vida y con las redes sociales.
Al consumidor actual le preocupa la salud (ya lo he comentado en otro artículo), mejorar su rendimiento físico y estar mejor consigo mismo a nivel emocional.
En el número de abril de 2016, la revista Trendwatching habla de todo esto en “The future of betterment” (ver) y se citan numerosos ejemplos, algunos de los cuales reproduzco.
El ritmo de vida actual en las grandes ciudades lleva a vivir situaciones de estrés que terminan minando la salud. Por ello, una conocida marca de barritas de chocolate lanzó en Bogotá una campaña publicitaria en la que las vallas situadas en las marquesinas de autobuses proporcionaban pequeños masajes. La línea área Qatar Airways ha diseñado sus cabinas de pasajeros con luces LED que simulan el ciclo solar para que los pasajeros reduzcan su ´Jet lag´.
La realidad virtual, que no termina de imponerse, va a ser muy importante en el gran consumo. Actualmente, hay grandes marcas que están desarrollando interesantes proyectos. Como ejemplo, la bicicleta estática VirZoom (web virzoom) a través de la realidad virtual reproduce la conducción de un coche de carreras o la sensación de montar a caballo. Samsung, a través de su dispositivo de realidad virtual, desarrolló un proyecto para perder el miedo a hablar en público. El orador primero se enfrentaba a audiencias pequeñas y poco a poco iba aumentando el público.
Hay muchos más ejemplos en los que la tecnología permite registrar datos y, posteriormente, a través del ´big data´, mejorar la vida de los consumidores.
Me han llamado la atención los siguientes ejemplos:
- Manzanas japonesas (Dentapples), que tienen un códigoQR que lleva a una aplicación que le ofrece la posibilidad de pedir cita a un dentista tras mandar unas fotografías de los primeros mordiscos que se da a esa pieza de fruta (ver).
- Yogures chinos (Yili), con una campaña que cambió las correas de sujeción de los pasajeros en el metro por sensores que permitían calcular el ritmo cardíaco y el índice de masa corporal(estrategia de comunicación Yili).
- Los patrones de consumo asociados a los roles clásicos hombre-mujer se están difuminando. Los hombres se están convirtiendo en fans de las nuevas técnicas de yoga y las mujeres del cross-fit y las pesas. El desarrollo de productos y servicios menos enfocados a un género concreto van a ser tendencia.