La salud, palanca para dinamizar el consumo de alimentos


Ya he comentado más veces que el consumidor es más infiel que antes a las marcas y a los formatos de la distribución. Los consumidores buscan productos y servicios que les aporte un valor relevante, pero ¿Qué es relevante para ellos? La respuesta no es sencilla, pues hay tantas como consumidores.

Uno de los elementos que (casi) todos los consumidores aprecian y lo tienen en cuenta en sus decisiones de compra es todo aquello relacionado con la salud. En este sentido, se están produciendo varias tendencias que tienen como foco la búsqueda de la salud en la alimentación.

Por ejemplo, la aparición de alimentos con propiedades nutricionales extraordinarias, los llamados superalimentos. Muchos de ellos no son nuevos, pero es ahora cuando se están resaltando sus propiedades. Los alimentos proteicos, no sólo los alimentos vegetarianos, van a ser una alternativa más para quienes toman preocupaciones dietéticas o siguen una dieta vegetariana. Estos nuevos alimentos se están incorporando principalmente en el mercado de América del Norte, Australia y Europa.

Otra tendencia es el incremento en la demanda de alimentos más naturales (alimentos ´fit´), sin aditivos, colorantes u otros componentes incorporados. Actualmente, se están produciendo reformulaciones en la industria alimentaria para ofrecer a los consumidores alimentos alineados con esta tendencia.

Muchos consumidores están preocupados por el cambio climático, el desperdicio de alimentos y otras cuestiones relacionadas, lo que está impulsando los alimentos ecológicos. Alimentos que van a desarrollarse y a consumirse mucho más en los próximos años.

El hecho de comercializar alimentos que no cumplen con los estándares de mercado por color, tamaño o forma, así como recuperarlos y convertirlos en nuevos alimentos con valor nutricional es otra fuente de innovación vinculada con el bienestar de los consumidores.

Finalmente, la actividad física, combinada con una alimentación variada, es otra tendencia creciente, que termina impulsando la nutrición deportiva, con productos y alimentos que aportan todos los nutrientes necesarios para poder afrontar el ejercicio.

Por último, se observa un aumento de consumidores que saben que no hay alimentos malos, sino malos hábitos. Un ejemplo claro es que muchos consumidores ya no tienen la percepción de que toda la grasa es mala. Esto, tradicionalmente, ha sido una  barrera a la hora de buscar alimentos saludables. El caso paradigmático lo encontramos en el aceite de oliva virgen extra, antaño considerado como una grasa que no era beneficiosa para el organismo y que hoy se ha demostrado científicamente que es todo lo contrario.

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